domingo, 20 de diciembre de 2009

SALÓN DE ASAMBLEAS DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

Es domingo y son las 9:45am. Llego al salón de asambleas de los Testigos de Jehová ubicado en el barrio Meléndez, enseguida del batallón. Llego a la puerta y me recibe un joven con una sonrisa amigable y me dice: Buenos días. Bienvenida. Mire, este es el programa de los dos días de asamblea. Señalando un papel. Aquí encontrará los temas de las conferencias que se tratarán. Gracias. Le contesto.

Después de ese recibimiento inesperado, me dirijo a buscar un asiento. Entro y lo primero que veo son mujeres, hombres y niños muy bien vestidos. Parece que fueran para una fiesta especial. Dirijo mi vista a la plataforma y veo varios jóvenes arreglando el atril, el sonido y los micrófonos. Encuentro un asiento en la parte trasera del salón. Me siento y espero. Las personas que pasaban por mi lado me saludaban como si las conociera de años. Situación que en cierto modo me molestaba.

Miro el reloj y ya hora era que empezara la reunión. Observo la plataforma y de inmediato se sube un señor y dice: Muy buenos días. Es un placer empezar nuestra asamblea de circuito Sigamos venciendo el mal con el bien. Tomada de Romanos 12: 21. Muy bien, ahora coloquémonos de pie y entonemos un cántico de alabanza a Jehová. Cántico número 10. ¿Y ahora qué hago? Pensé.

Al lado mío había una señora y me acercó su libro o cántico como lo llaman. Me paré a su lado y observaba mientras las personas cantaban. La música cabe resaltar era instrumental. No había una banda en la plataforma gritando, ni cosa parecida. La música provenía de un CD y se amplificaba por los parlantes que estaban en cada esquina del salón.

Terminaron de cantar y el señor del que hablé en el inicio dijo: Ahora dirijámonos a Jehová en oración. Terminó diciendo AMEN. Todos al unísono dijeron lo mismo después de él. Se sentaron y yo hice lo mismo. El señor del atril dijo: Ahora escuchemos la conferencia ¿A qué valores concede usted mayor importancia? Y un joven de más o menos unos 23 años empezó a hablar.

¨La situación es un fenómeno social autorreferencial, en el que es posible reconocer dinámicas autónomas de concentración, dispersión, conflicto, consenso y recomposición en las que las variables espaciales y el tiempo juegan un papel fundamental¨...

Las situaciones que pude observar en mi trabajo de campo en el salón de asambleas fueron bastantes heterogéneas y muy dinámicas. Un ejemplo de ellas fue la hora del almuerzo. A eso de las 12:00 pm se entonó otro cántico y acto seguido el señor de la plataforma dijo que se haría un receso y que a la 1:30 pm se comenzaría con la sesión de la tarde.

En el caso del salón el tiempo y el espacio fueron de suma importancia para que las situaciones salieran a flote. La hora del almuerzo fue vital para que todos dejaran su sitio y se dispersaran por todo el salón. Es como si en esa hora todos pudieran ser y actuar como son, sin estar sometidos a una norma (es decir prestar atención y permanecer sentados) en la que en algunos momentos aburría.

Todos se dispusieron a buscar qué comer. Unos llevaron el almuerzo y otros no. Los que no lo llevaron, fueron a una tienda que queda cerca y a la que me tocó ir a mí también. La dispersión que se observaba no sólo se daba dentro del salón sino a las afueras de éste. Vi personas comiendo en el parqueadero del salón dentro los carros. Los que no estaban comiendo, estaban charlando y siempre en grupo.

Algunas mujeres hacían fila para entrar al baño con sus hijos. Había personas tomándose fotos y otros todavía permanecían sentados. El ambiente que se dio después de la dispersión fue tan diferente, porque no sólo veía pasar personas de un lado a otro como si fueran transeúntes, sino que las personas cambiaban de estado y de posición.

El concepto protagonista aquí es el de territorialidad o identificación de los individuos con un área que interpretan como propia, y que se entiende que ha de ser defendida de intrusiones, violaciones o contaminaciones.

Algo que observé fue que las personas sentían que el salón les pertenecía, todos hacían uso de él sin ningún problema.

Por ejemplo, había dos personas encargadas de que el baño de mujeres permaneciera limpio. Hice fila y esperé mi turno. Cuando entré al baño vi que era gigante. Habían aproximadamente 20 sanitarios y 10 lavamanos. Vi que la función en si de las mujeres era que no se amontonaran las personas en el baño, además de que éste permaneciera limpio. Al concluir la sesión de la tarde, todas las personas arrumaron las sillas, trajeron escobas, recogedores, trapeadores y empezaron a hacer aseo. Pienso que esa fue la mayor muestra de apropiación del territorio como tal.

Esta situación la asemejo cuando una persona tiene una casa propia y ella se preocupa porque su casa esté limpia y todo marche bien. Todo eso lo hace porque le pertenece. De igual manera, esto fue lo que observé en el salón, las personas se preocupaban porque el salón estuviera limpio y además porque todo saliera bien. Cuando digo salir bien me refiero a las conferencias.

Mientras estaban dando una conferencia me di un paseo por el salón y encontré un lugar en el que esperaban los conferencistas a ser llamados. Las personas que estaban ahí ensayaban que la presentación le saliera bien. Todo hacia parte de un proceso de adueñamiento, o como lo llama Delgado de territorialidad.

La ciudad tiene habitantes, lo urbano no. Es más, en muchos más sentidos, lo urbano se desarrolla en espacios deshabitados e incluso inhabitables.

El salón de acuerdo a la definición que da Manuel Delgado puede llegar a ser considerado como algo urbano, ya que en él no habita nadie, sólo es utilizado los días en que está programada una asamblea. Es sólo un lugar de paso, en el que se presentan situaciones fortuitas donde los asistentes transforman el lugar cuando cambian de estado y de posición. Y donde se establecen relaciones anónimas en las que en muchos casos son sólo de paso. También se puede considerar como un lugar practicado ya que es territorio y espacio ocupado.

¨La urbanidad consiste en esa reunión de extraños, unidos por la evitación, el anonimato y otras películas protectoras, expuestos, a la intemperie, y al mismo tiempo, a cubierto, camuflados, mimetizados, invisibles¨...

Las asambleas que se hacen en el salón son cada 6 meses, por ello para los Testigos de Jehová esa reunión esa algo que se convierte en especial. De ahí que algunas congregaciones5 de Cali son asignadas para la asamblea y es ahí donde cabe el concepto que menciona Manuel Delgado sobre la urbanidad. En el que dice que es una reunión de extraños, lo digo porque a la asamblea asisten personas de todo Cali y la mayoría no se conocen entre sí. Esto lo pude observar en mi vista al salón, pues aunque todos tenían algo en particular (asistir a la asamblea) no se conocían. Todos permanecían con las personas conocidas para ellos y no establecían una relación con aquellos desconocidos.

Analicé tres jóvenes. Una mujer y dos hombres. Cuando se terminó la sesión del medio día, se reunieron en la plataforma. Vi que todo el receso iban de un lugar a otro, siempre juntos, no se separaban para nada. Considero que en ese caso que observé se puede utilizar el concepto del primer aliento de una sociedad, el estar juntos y el concepto de tierra general donde las personas se desplazan de un lugar a otro libremente.

¨El espacio usado de paso – el espacio público o semipúblico – es un espacio diferenciado, esto es territorializado, pero las técnicas prácticas y simbólicas que lo organizan espacial o temporalmente, que lo nombran, que lo recuerdan, que lo someten a oposiciones, yuxtaposiciones y complementariedades, que lo gradúan, que lo jerarquizan, etc., son poco menos que innumerables, proliferan hasta el infinito, son infinitesimales, y se renuevan a cada instante¨.

El salón de asambleas como lo dije al inicio, es un espacio territorializado el cual es usado de paso. Delgado dice que las prácticas se renuevan a cada instante. Cada visita que realicé tuvo sus dinámicas de composición y descomposición de las masas. Cada día tuvo formas heterogéneas en las que las personas se comportaban y realizan todo de una forma diferente.

Las situaciones fueron muy diversas. Creo que al definir Delgado la urbanidad cuando dice que las prácticas proliferan hasta el infinito, me atrevo a decir que quería decir que en un lugar público nunca nada está escrito. Cada día que las personas hacen uso de él lo transforman y lo desconstruyen con las relaciones sociales que establecen en el lugar.

El salón considerado como urbano se puede controlar en la medida en que todos sus usuarios abandonen por completo el lugar y se dejen de construir relaciones y situaciones. Este control lo vi cuando todos poco a poco fueron abandonando el lugar y cerraron las puertas.

…… ¨observación flotante, y consiste en mantenerse vacante y disponible, sin fijar la atención en un objeto preciso sino dejándola flotar para que las informaciones penetren sin filtro, sin aprioris, hasta que hagan su aparición puntos de referencia, convergencia¨...

Hay aproximadamente 400 personas. Hay hombres, mujeres, niños y ancianos. Todos comparten el mismo lugar, el salón. La mayoría está hablando. Escucho murmullos y risas. También conversaciones, escucho decir: ¡hola! ¿Cómo estás?... si si… tengo que ir a verte… nos vemos… cuídate. Y así sucesivamente. Las mujeres que hacen fila en el baño las veo algo afanadas por entrar. Las personas que están en la calle observan lo que sucede a su alrededor con asombro. Suena una canción la que indica que es hora que empiece la sesión de la tarde. Todos pasan inquietos a buscar su asiento. Parece el caos total. Personas de un lugar otro. Algunos caminan rápido para sentarse y esperar. Y yo en una esquina observando lo que sucede, hasta que alguien me dice ¿busca a alguien?

El rito de paso es una práctica social de transformación o cambio que garantiza la integración de los individuos en un lugar determinado previsto para ellos.
Cuando eran las 10 am se entonó un cántico y empezó la sesión. Antes de entonarse ese cántico todas las personas estaban dispersas en todo el salón. Pero cuando escucharon la música, de inmediato todo se transformó. Todos buscaron donde sentarse y su cántico. Las personas pasaron de movilizarse por todo el salón a permanecer quietas, hubo transformación.

Mediante los canticos de la sesión de la tarde y la mañana, la mayoría de los asistentes se integraron y fueron uno solo. Lo vi cuando la mayoría de las personas cantó al unísono durante los canticos. Otro rito de paso que hubo fue la oración de conclusión, pues todos guardaron silencio mientras el discursante terminaba de hablar. Durante ese momento se sentía un silencio total, solo se escuchaba la voz del orador, pero después del amen vino una gran transformación, todos se volvieron a dispersar. Iban de un lugar otro. Y es en estas dos situaciones donde aplico el concepto de ritos de paso.

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